En medio del auge de la colaboración, surgen nuevas economías basadas en el intercambio de ideas y en la unión de distintos talentos que sumados hacen la diferencia. Las industrias culturales, creativas, de contenidos, las protegidas por los derechos de autor, deben converger en un punto, en donde todas las partes estén de acuerdo y en donde cada quien haga sus respectivos aportes a la creación de un producto que genere valor.
Pero y entonces, ¿qué es la Economía Naranja? Este término, que en ocasiones algunas personas lo confunden con la economía colaborativa, la cual se relaciona pero no es lo mismo, hace referencia a las tareas que realizan las industrias creativas en conjunto para desarrollar un resultado final, creado por todas las partes involucradas, cada una aportando desde su experticia y talento.
La cuestión del color es una particularidad importante. El naranja suele asociarse con tres conceptos de gran importancia: la cultura, la creatividad y la identidad. Entonces, ¿por qué no sacarle provecho?
Como afirma Honoré de Balzac, «No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su momento», pero para que las ideas tomen forma y puedan desembocar en un resultado tangible, creado por artistas, creativos e innovadores, es necesario arriesgarse. Asumir retos inéditos al dar vida a nuevas ideas, conectarse con oportunidades que nunca antes se habían presentado y conocer personas de otros campos creativos que pueden expandir las posibilidades, es de vital importancia.
De la sinergia de los distintos talentos y las diferentes miradas creativas, pueden surgir oportunidades de negocio para aquellos que se atreven a colaborar y compartir con otros desde el principio y, por supuesto, a adoptar la innovación desde el primer momento de un nuevo reto.
Pero ¿cómo empezar a construir con otras industrias creativas, donde la propiedad intelectual sea reconocida y el esfuerzo de cada artista y creativo sea valorado? Una de las mejores formas de iniciar bajo este nuevo paradigma, es entender que conectados entre sí logramos un mejor resultado y un ‘imperio de la mente’ más sólido, término acuñado por el estadista William Churchill.
Encontrar espacios donde las industrias creativas, los emprendedores locales y las nuevas ideas se conectan es de sumamente importante para lograr un resultado exitoso, y así aumentar la voz de los que hacen posible la Economía Naranja.
Por ejemplo, Likemind Bogotá, es un evento gratuito mensual que se realiza en más de 50 ciudades alrededor del mundo con el fin de reunir a los emprendedores locales para que compartan un buen café, experiencias y conocimientos sobre distintos campos creativos y laborales. En éste han surgido diversas relaciones que pueden o han desembocado en resultados donde se reconoce el talento y conocimiento del otro.
La cita a este encuentro, que se organiza en Bogotá es el tercer viernes de cada mes, a las 8 de la mañana. Es un espacio de networking gratuito donde conectarse con ideas arriesgadas puede dar paso a oportunidades nunca antes imaginadas y donde puede surgir la nueva fuerza de la Economía Naranja.
Este manual ha sido diseñado y escrito con el propósito de presentar conceptos clave y áreas de debate en torno a la "economía creativa", una valiosa oportunidad de desarrollo que América Latina, el Caribe y el mundo en general no pueden perderse. La economía creativa, que llamamos la "economía naranja" en este libro (verán por qué), abarca la inmensa riqueza de talento, propiedad intelectual, interconexión y, por supuesto, el patrimonio cultural de la región de América Latina y el Caribe ( y de hecho, en todas las regiones). Al final de este manual, tendrá la base de conocimientos necesaria para comprender y explicar qué es la economía de Orange y por qué es tan importante. También adquirirá las herramientas analíticas necesarias para aprovechar mejor las oportunidades en las artes, el patrimonio, los medios y los servicios creativos.
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