7 consejos básicos para mejorar tus habilidades como Diseñador


A veces vivimos tan atrapados en nuestro día a día que no sabemos si lo estamos haciendo bien, mal o regular. Y en tanto en cuanto se hace preciso salir de la rueda y abandonar la rutina para preguntarnos cómo podemos mejorar nuestro trabajo. Aquí te dejamos algunos consejos tontos con los que podrás mejorar tus habilidades como diseñador. Ya seas novel, junior o senior, confiamos en que te sirvan de ayuda.

1. Estudia teoría del diseño

El diseño gráfico es una profesión, no un oficio. Ser autodidacta y aprender sobre la marcha es una opción, pero no la mejor. Para llegar a alcanzar unos resultados óptimos y profesionales es necesario tener una buena base formal de educación en diseño.

Si nunca has realizado un curso acreditado en el que se aborden los fundamentos de la disciplina, entonces realmente estás perdido. Debes formarte en conceptos como las leyes de composición y de la percepción, la proporción áurea, la teoría de la retícula, la teoría del color, los principios que rigen una tipografía… ¡Ah!, y por supuesto, tampoco está de más conocer un poco acerca de Historia del diseño.

Ya sabes, si quieres llegar a ser un profesional del diseño, fórmate. Para ello cuentas con diferentes opciones según tu nivel: desde los títulos universitarios y masters hasta una amplia variedad de cursos online.

2. Busca el feedback

A todos nos gusta que nos doren la píldora, que nos lancen flores, que nos pongan medallas y que nos digan: «¡cómo mola este trabajo que has hecho!». Sin embargo, por muy reconfortante que sea, estos inputs no te van a portar ninguna información de provecho. Hay que poner los pies en el suelo y saber salir del propio ego.

Debemos buscar las críticas (siempre que sean constructivas, claro). Cuando alguien nos ofrece una crítica constructiva de nuestro trabajo, nos está ofreciendo algo muy valioso. A partir de esa valoración tendrás acceso a tus puntos débiles y, por consiguiente, sabrás donde debes afinar y mejorar sus habilidades.

Tienes diferentes mecanismos para obtener el feedback. Puede ser a través de plataformas como Behance, Dribbble o Facebook. O, más modestamente, simplemente puedes testar tus diseños con un grupo de amigos selectos.

3. Inicia un proyecto paralelo

A veces, estar dedicado de pleno a un solo proyecto puede llegar nublar nuestra vista. Hacer lo mismo una y otra vez se convierte en algo monótono. El entusiasmo por el proyecto decae, pudiendo llegar a ‘atragantarse’. Llegados a este punto, en ocasiones, es necesario dejar reposar ciertas ideas para abordarlas de nuevo desde otro punto de vista. Pero que nadie se equivoque, no se trata de ir ‘a salto de mata’ y tener mil proyectos abiertos. Mantener un dead line te ayudará a que esto no suceda.

Por otro lado, para mantener un nivel elevado de motivación, es preciso dedicarse a hacer otras actividades donde uno pueda experimentar y poner a prueba otro tipo de habilidades y técnicas. Si normalmente estás más tiempo trabajando de cara a la pantalla de tu ordenador, dedica unos minutos a hacer algún proceso más manual, a pensar en la estrategia de tu próximo proyecto o para tu propio estudio, o simplemente sal a dar un paseo.

4. Arriésgate. Experimenta. Falla. No tengas miedo a meter la pata

Quien no falla es que no experimenta y ese es uno de los errores mayores de muchos diseñadores. Anclarse a ciertas ideas o modos de hacer las cosas nos puede llevar a un inmovilismo que puede ser peligroso. La experimentación es una de las bases para evolucionar y para mejorar. El cambio impone respeto, pero hay que aceptarlo y abrazarnos a él como si fuera una tabla de salvación. Olvídate del célebre: «Pero si siempre se ha hecho así». Experimenta. Rompe las reglas. Prueba nuevas herramientas. Aprende un nuevo software. Haz bocetos. Prueba con fotografías, ilustración, tipografía… cuestiónate las cosas.

5. Observa lo que hacen y habla con otros diseñadores

Una de las mejores maneras de crecer como diseñador es interactuar con muchos otros diseñadores. Pero lo que parece bien simple, a veces no lo es. Quizá eres un freelance que trabaja solo en casa o en la empresa en la que trabajas eres el único diseñador que hay. En ese caso, tendrás que buscar otras alternativas para contactar con tus colegas de profesión. Una solución es acudir a encuentros, festivales, charlas y conferencias. Echa un vistazo en los foros de diseño. Compra revistas especializadas. Participa en proyectos colaborativos. Escucha podcast… esto solo para empezar.

6. Ponte en la mente de un ‘no’ diseñador

No se trata de obviar el punto anterior. El problema es que a veces miramos demasiado hacia nuestro propio ombligo. Pero acéptalo, los diseñadores no somos el centro del mundo. Tenemos tendencia a creer que nuestra profesión es la más importante que hay y observamos al mundo y todo lo que hay en nuestro entorno con cierta mirada, si no altiva, sí un poco pretenciosa. Está bien observar el trabajo que han hecho otros, pero no obsesionarse con todo lo que hay a tu alrededor. Cuando vayas a un restaurante, compres una botella de vino o visites un museo, no te empecines con quién ha diseñado la carta así o por qué se ha elegido esa tipografía y no otra. Si pensamos con la mente de un ‘no’ diseñador, el mundo se hace más comprensible.

7. Vive de tu trabajo. 

Si quieres dedicarte al diseño no lo hagas por hobby. Hazlo porque es tu medio de vida. Por tanto no trabajes gratis, ni por poco dinero, ni para conseguir promoción, sino más bien porque cubre tus costes y generas beneficios (sociales o económicos). Convierte tu actividad profesional en tu trabajo de verdad y no solo en un pasatiempo que te haga malvivir. Si no consigues que se te remunere de forma adecuada, o bien acabarás dejándolo o bien malvivirás siempre. Es importante formarse no solo en temas de diseño y creatividad, sino también en temas de negocio y empresa.

Fuente: www.graffica.info

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